Pie

  • Esguince: Entendemos por esguince, la distensión de los ligamentos que van de un hueso a otro, esta distensión puede ser de grado I, donde la distensión es mínima, grado II donde ya hay una distensión mayor, pequeña rotura ligamentaria y edema, y grado III donde hay una gran distensión, junto con una rotura importante del ligamento. El trabajo del fisioterapeuta variará dependiendo del origen del esguince, del grado de este y varios factores como la edad del paciente o el requerimiento físico. En todos los casos se buscará que el ligamento vuelva lo máximo posible a su tamaño inicial y la persona recupere el equilibrio y coordinación evitando que en un futuro haya inestabilidad de de tobillo o esguinces de repetición. Se aplicarán técnicas como electroterapia para fortalecer, disminuir el edema y el dolor; ultrasonido para el edema y la reparación del tejido, calor, láser o EPTE muy útil para regenerar el ligamento afectado.
  • Fractura: A veces la tardanza en consolidar puede ser un problema que con fisioterapia podemos acortar el tiempo. Pero lo que realmente vemos con más frecuencia es la consecuencia de la inmovilización o la posible afectación de partes blandas al producirse la fractura. En el caso del pie, al no apoyar y sobrecargar el miembro inferior contrario, el tratamiento debe ser de las dos piernas, una por la fractura y otra por el sobresfuerzo y las compensaciones, es muy frecuente que un paciente con un miembro inmovilizado acude por dolor o sobrecarga en el lado contrario, nosotros intentamos evitar que esto ocurra. Con fisioterapia podemos acortar el tiempo de mejora de manera que puedas volver a la normalidad en menor tiempo de lo normal.
  • Hallux Valgus (Juanetes): esta deformidad del primer dedo a veces solo es estética pero otras además causa dolor, el tratamiento quirúrgico debe ser la última opción, puesto que siempre se está a tiempo y una vez intervenido ya no hay marcha atrás. El tratamiento de fisioterapia, podología y cambios de hábitos es muy eficaz y en muchísimos casos evita o retrasa la intervención.
  • Tendinitis Aquílea: La inflamación de este gran tendón es más frecuente en deportistas, el tratamiento farmacológico no suele tener gran resultado al menos a largo plazo y su rehabilitación por parte del fisioterapeuta abarca desde el posible origen lumbar, de cadera, rodilla o tobillo por lo que analizaremos la biomecánica del paciente, también puede influir la alimentación o incluso un esguince mal curado, en conclusión se debe buscar el porqué se ha inflamado y no solo tratar el dolor que produce la inflamación para un resultado perfecto, a veces será necesario de una valoración podológica.
  • Fascitis plantar: La patología estrella del pie, y esto es debido a la infinidad de causas que pueden favorecer esta distensión de la fascia plantar a veces asociada a espolón calcáneo (no es este el origen del dolor), los posibles orígenes de la inflamación pueden ser: mecánicos (lumbar, cadera, rodilla, tobillo) durante la marcha, el calzado, mala alimentación, un esguince mal curado… Por lo que el tratamiento a veces no será únicamente fisioterápico sino que cabe la posibilidad de necesitar plantilla (IMPORTANTE: antes del uso de una plantilla, el pie ha de ser revisado por un osteópata). Entonces para el tratamiento habrá que revisar todas las posibilidades mencionadas anteriormente además del tratamiento en la zona de la fascia inflamada con calor/frío, ondas de choque, EPTE, electroterapia, osteopatía…
  • Roturas fibrilares: Equivocadamente se tiende a pensar que esto solo le ocurre a los deportistas, pero más allá de la realidad, el hecho de no realizar ejercicio o tener una mala alimentación te predispone a tener una rotura fibrilar, también llamado “signo de la pedrada” por que es la percepción que la persona tiene cuando le pasa.

No es una patología compleja si está bien diagnosticada y rehabilitada en los tiempos adecuados; me explico, la rehabilitación se basa en varias etapas y hay que saber distinguir en qué etapa nos encontramos en cada momento, en una primera etapa donde hay un edema deberemos evacuarlo para que cierre la herida lo antes y mejor posible, una vez esté cerrada es el momento de darle flexibilidad para que no vuelva a ocurrir ni el paciente empiece a cargar mal por miedo.

  • Contracturas:  Se trata de zonas dentro de un músculo que está con más tono de lo normal, es bastante frecuente en personas que mantienen mucho tiempo una postura, que trabajan en exceso con una zona de su cuerpo o su origen puede ser a consecuencia de un golpe.

El tratamiento puede consistir en aplicar corrientes, calor, osteopatía, terapia manual, corrección postural, punción seca,ejercicios terapéuticos… Dependerá del origen o mejor dicho de porqué esa contractura ha aparecido, el fisio deberá averiguarlo para dar con la solución.